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Noveno grado: una revelación de último minuto en Minichampions

  • Foto del escritor: Carlos Tovar
    Carlos Tovar
  • 5 abr
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 7 abr

El primer periodo de las Minichampions del Colegio Yorkín ha dejado una huella imborrable en la memoria de todos los aficionados al deporte. En medio de un nivel de competencia sin precedentes entre los equipos de mayor categoría, un equipo ha emergido de las sombras, desafiando las expectativas y demostrando un potencial que pocos le auguraban. Hablamos de Atlético Tilín representado por noveno grado, un conjunto que en la edición anterior del torneo decepcionó tanto a los representantes del equipo cómo a sus rivales. Sin embargo, este año el equipo ha regresado con una fuerza renovada, liderado por su estrella, Andrés Vieto.


Andrés Vieto en la gran final de Minichampions
Andrés Vieto en la gran final de Minichampions

Vieto no solo ha llegado para anotar goles, sino para inyectarle al equipo una dosis de liderazgo y estrategia. Su presencia ha sido fundamental para que Noveno año se reinvente, desarrollando tácticas que han transformado su estilo de juego, y es imposible no percibir un cambio palpable en la dinámica de sus partidos. La prueba irrefutable de su transformación fue la posición de Atlético Tilín en la tabla de clasificación: segundos, solo superados por el implacable Undécimo B, el equipo a batir dentro de su grupo.


Ante este excelente rendimiento de noveno, le consultamos a Emiliano Acuña, el defensa principal del equipo, las razones por las cuales pudimos ver una mejora en rendimiento del equipo tan considerable en relación al año pasado, a lo cual nos respondió:

Una mejor organización de juego de parte de todos, junto a una mejor toma de decisiones y el apoyo mutuo en el equipo

No obstante, la verdadera prueba de fuego para noveno grado llegó en los compases finales del torneo. A pesar de que su “play-off” fue sencillo, obteniendo un gane cómodo de 5-3 ante Carlitos FC de séptimo grado, el reto de enfrentar a los dos equipos que se mantenían invictos puso a prueba la capacidad de resiliencia y determinación de la alineación capitaneada por Marcelo Rojas.


Sin embargo, pese a todas las dudas, la semifinal de Atlético Tilín fue la gran sorpresa del torneo. Un renovado equipo de noveno se enfrentaba al imponente Ingenieros de Fallas, Calderón y Gómez, quienes eran reconocidos por su letal delantera y su sólida defensa resguardada por Castro. A pesar de ello, noveno se plantó fuerte ante los ex-campeones del torneo, con una defensa extremadamente sólida encabezada por Emiliano Acuña y Josemaría Piedra, quienes actuaron como una muralla inquebrantable para los delanteros de décimo.


En el partido, Andrés Vieto dió el golpe inicial con un gol al minuto 3, momento en el cual Ingenieros aumentó la presión y empezó a amenazar con el empate. Fallas y Calderón intentaron con remates a larga distancia, sin embargo Acuña frenó constantemente las intenciones de los talentosos delanteros de décimo. Inclusive, cuando Acuña fue incapaz de detener las ofensivas de los oponentes, Josemaría intervenía y hacía paradas claves las cuales mantenían al equipo vivo.


Santiago Vargas y Alejandro Vargas también fueron piezas clave en el encuentro, ya que lograron concretar un sólido mediocampo el cual supo como manejar la presión de Ingenieros y dejar fluir estratégicamente el balón. Pese a que los décimos tuvieron una clara superioridad en la retención del esférico, los Vargas lograban incomodar a las ofensivas de Ingenieros, haciéndolos retroceder o enviando el balón al saque de banda. 


Rápidamente, el partido se intensificó. Ingenieros jugaba con cuatro hombres arriba mientras que los novenos hacían todo lo posible por aguantar el tiempo restante del partido. El guardameta de décimo, Gómez, hizo todo lo posible para dinamizar el juego de Ingenieros, posicionándose prácticamente en el medio campo para intentar perder la menor cantidad de tiempo posible. En varias ocasiones, el balón concretó duros golpes contra el travesaño o los laterales de la portería de Atlético Tilín, mas no lograba entrar.


Eventualmente, la desesperación le cobró factura a los décimos, ya que un excelente saque de banda aéreo de Santiago Vargas fue recepcionado por Andrés Vieto cerca de la portería de Gómez, y este, al no contar con defensas debido al posicionamiento totalmente ofensivo de su equipo, se vio forzado a salir. Sin embargo, Vieto efectuó una acrobacia aérea para hacer contacto con el balón con la parte inferior de su taco, logrando así que el balón fuera redireccionado a la portería de Ingenieros y marcando así el segundo gol de los novenos al minuto 17 de partido.


Con el segundo gol de Atlético Tilín, el partido entró a un nivel nunca antes visto de intensidad en Minichampions. Los jugadores de Ingenieros hacían todo lo que podían para igualar el marcador, y se lanzaron completamente al ataque. Pese a ello, las barreras defensivas de noveno se mantenían fuertes, y junto al increíble mediocampo de los Vargas, le hicieron imposible a Fallas y a Calderón anotar.


Faltando un minuto de partido, la esperanza parecía volver a los décimos, ya que uno de sus remates era rebotado por Piedra y recibido por Óscar Martínez quien aprovechó el mal posicionamiento de Acuña para finalmente marcar el primer gol de Ingenieros. El balón regresó al centro del campo, e Ingenieros estaba determinado a igualar el marcador. Las ofensivas continuaron, sin embargo, apenas el árbitro dictaminó que la jugada actual sería la última del encuentro, todo Atlético Tilín se dispuso a sacar el balón de la zona de juego para culminar el encuentro. Andrés Vieto luchó por el balón en la zona superior del campo, mientras que Martínez prevenía su avance, pasándo el esférico a Tomás Fallas. Santiago Vargas buscó robarle el balón al habilidoso delantero de décimo, quien a pesar de intentar regatear a través de los jugadores de noveno, se vio incapaz de hacerlo y el balón finalmente salió al saque de banda. El encuentro finalizó, y Atlético Tilín acababa de vencer a uno de los equipos favoritos a ganar todo el torneo.



La victoria de Atlético Tilín concretó el hecho de que eran la sorpresa del torneo. El año pasado fueron el segundo peor equipo de todo el torneo, para que este año vieran una súbita transformación que impresionó a todos, con una química de equipo y resistencia nunca antes vista en un equipo de Minichampions. 


Pese a ello, ahora se enfrentaban a un gigantesco reto, ya que debían vencer a Yerk-OS, el otro gran favorito a llevarse el torneo, en la gran final. Para la desgracia de los novenos, jugarían este partido en una muy fuerte desventaja, ya que no contarían con el necesario apoyo de su defensa, Emiliano Acuña. En consecuencia, vimos un enfrentamiento donde Andrés Vieto, los Vargas, Diego Murillo y Daniel Alvardo harían lo posible para intentar resistir las duras ofensivas de los undécimos, sin embargo, la presión simplemente era demasiado fuerte y la diferencia de tamaño y la compostura física eran abismales entre los jugadores de ambos equipos, por lo que pese a los esfuerzos de Josemaría, los goles fueron inevitables. 


Andrés Vieto contra Emiliano Soto en la gran final del torneo
Andrés Vieto contra Emiliano Soto en la gran final del torneo

Atlético Tilín se retiró de la final con un marcador indeseado, donde únicamente consiguieron una anotación de Andrés Vieto frente a una gran cantidad de goles de los jugadores de Yerk-OS. Pese a ello, los novenos deberían irse con la frente en alto del torneo, ya que consiguieron demostrar que tienen un inmenso potencial y una gran capacidad de adaptarse a las cambiantes condiciones del torneo, lo cual les permitió ser la gran novedad de la edición 2025 del campeonato y posicionarse como un equipo al que temer durante las siguientes Minichampions. Vieto, los Vargas, Acuña, Piedra y compañía se consagraron con el segundo lugar de un torneo en el cual muchas personas ni siquiera pensaron que podrían llegar a las semifinales, lo cual en sí, debería ser motivo de una larga y merecida celebración entre los integrantes del equipo. 


El Juglar

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